Los barrios de Hospitaun - Bell-Air y Bell-chite Districto Senil

Tres barrios en uno

Típica estampa del barrio

Bell-Air (antaño Bellvitge) era la zona con más pensionistas de toda Europa, un barrio de grandes edificios con amplios parques rodeándolos, muy cerca de un gran hospital de referencia y bien conectado con los alrededores de Barnacity. La buena ubicación del barrio fomentó que algunos listillos de arriba le sugirieran a Alejo convertir el barrio en una urbanización para ancianos de alto standing de la Europa de Dick, una mezcla de Marina d’Or y Salou pero con el lujo de Beverly hills.

Los vecinos del barrio, famosos por su resistencia a los cambios, no se tomaron muy bien las órdenes de desalojo, las demoliciones de edificios y la llegada de los nuevos vecinos, lo cual derivó en una guerra de guerrillas total. Tras años de conflicto, la cosa está en un tenso punto muerto. El barrio se ha divido en 3 zonas.

Bell-Air

La parte más cercana al Hospital de Bellvitge, está poblada de torres hipertech donde viven ancianos forrados de toda la Europa de Dick con todo lujo de comodidades y servicios. Pisos pequeñitos pero llenos de comodidades como calefacción centralizada, terracitas con jacuzzi con vistas al mar, dispensadores de medicamentos, sofás con masajes y demás. Además en el barrio hay todo tipo de comercio orientado a sus necesidades: tiendas de prótesis, panaderías, souvernirs para los nietos, salas de baile con temas de hoy y siempre, salas de juego...

En esta zona del barrio destaca el "mercado nuevo", donde los yayos compran productos frescos, el Hospital de Bell-Air donde reciben tratamientos de alargamiento de la vida (y de la minga también), el campo de futbol del Hopistaun CF y la torre Histeria, un hotel de 60 plantas con amarradero para zeppelines, helipuerto y lujo hasta el papel de water.

Bell-chite districto senil

Al otro lado están los vecinos de toda la vida que viven hacinados en sus pisos hipermasificados junto con los refugiados que han echado de sus casas. Las torres setenteras apañadas como pueden por los vecinos se medio caen a cachos, por todas partes hay zanjas de obra que nunca se acabarán, panaderías colectivas para tomar el café con leche con cruasán de chocolate por un Megadick, carteles y banderas con el "No pasarán" y "Alejo cómeme el badajo" o similares.

Por destacar algo de esta zona del barrio, se podría destacar el mercado viejo, donde los yayos hacen su vida social y compran papeo, las fiestas del barrio donde medio hospitaun acude a emborracharse y comer porquerías caloríficas sin parar durante 10 días (y siempre llueve) y la infame estación de tren regional conocida entre los Fans como "Minas Moria".

La tierra de nadie

A un lado "un mundo feliz", al otro "soylent green" ¿y en medio? En medio una pequeña réplica de Verdún, con trincheras, edificios en ruinas, alambre de espino, la balada de la metralleta y el tamborileo del mortero siempre sonando. Los yayoguerrilleros de Bell-chite se organizan en cientas de milicias que están en guerra entre ellas, contra los fanhunters y contra ellos mismos, siempre usando sus técnicas de guerrilla anciana para atacar las nuevas construcciones que van edificando, defendiendo cada solar y cada edificio a cuchillo y bastón. Mientras, las fuerzas corporativas apoyadas por mercenarios y fanhunters van demoliendo edificio tras edificio y construyendo nuevas urbanizaciones. Todo un suplicio para los fanhunters que tienen que aguantar la posiciones contra cargas a bayoneta de yayos que podrían ser sus abuelos o abuelas.

Lo más destacable de esta zona es la Rambla Marina de Hospitaun, que hace de frontera entre los dos barrios y la nueva biblioteca de Bell-chite, donde se suma a las escaramuzas de yayos y fanhunters algunos fanpiros que buscan restos de material lúdico o cultural.

Además se da la situación que los nuevos vecinos disfrutan mucho de pasearse por la zona “antigua” del barrio, lo que obliga a los fanhunters a realizar tareas de escolta en zonas totalmente hostiles mientras el VIP toma unos croissants con café con leche, juega a la petanca o compra el periódico.

Vista de Bell-Air, Bell-chite y el Gornal Slum

El Hospital del Bell-air (y el oscuro secreto que esconde)

El eje central del proyecto Bell-air era el uso del Hospital para los vecinos que se instalaran en este super complejo megamolón. Se echaron a las buenas gentes que lo ocupaban y se invirtió una morterada espeluznante de pasta en convertir el decadente centro médico en una mezcla entre un hotel de 5 estrellas y clínica privada de Ginebra. 

Por desgracia los números no salían, y pese que la gente que lo visitaba se dejaba una buena morterada en tratamientos anti edad y similares, el hospital estaba en números rojos... la solución llegó desde dónde menos se la esperaba. 

El Hospital era constantemente atacado por manifestaciones de Yayoflautas que querían acceso a los servicios médicos, y los gerentes se lo dieron. Se habilitaron las plantas bajas y los sótanos del Hospital como una Organización Benéfica Sanitaria llamada Corporación Paragüero. Los yayos que acudían allí a por atenciones sanitarias no se les ha vuelto a ver el pelo, si alguien pregunta por ahí les dicen que se fueron para el pueblo de lo bien que se sentían. Muchos Yayos de Bell-chite han dado la voz de alarma para que nadie acuda allí, pero los yayos son tan cabezones que hacen lo que les da la gana. Lo que pase allí abajo, es un misterio.

The Last Tango

Si tienes edad de jugar a la petanca, tu sitio está en the Last Tango. Esta sala de baile ubicada en Bell-Air es uno de los sitios más glamurosos de la tercera edad. En sus salas se pinchan grandes éxitos como "La hora del Adiós", "American Patrol" o temas más modernos como "Hey Jude".

 

Gente Famosa de Bell-Air, Bell-chite y lo de en medio.

Los frentes revolucionarios Seniles

Los Yayos de Bell-chite no son los típicos cascarrabias amargaos que se confirman con echarle miguitas a las palomas y quejarse de la joventud… bueno, la mayoría si que son así, pero hay un grupo que a parte de las típicas tareas de yayo, y cuando no han de ir a buscar al cole a los nietos, se dedican a encabezar una lucha descarnada contra las fuerzas papales de Hospitaun. Estos yayos no están conformes con que los echen del barrio de Bellvitge para construir un barrio pijo y luchan a bastón y dentadura postiza por cada centímetro del barrio. Suelen usar todo tipo de técnicas subversivas y no temen a la muerte porque ya la han visto venir muchas veces. Cuando estás a dos pastillas para el reuma de morir, no te da miedo lanzarte en modo kamikaze contra un nido de ametralladoras Fanhunter. Por desgracia, no dejan de ser yayos, así que están constantemente peleados entre unos y otros y se agrupan en un sinfín de milicias, guerrillas y comandos independientes de todo tipo. En ocasiones la Resistencia ha colaborado con ellos por tener causas afines, pero en general, van por su cuenta. Ir por el lado de Bell-chite con “pintas” supone una amenaza pues estos integristas le tienen tanta manía a los vagos melenudos, como a las tropas papales. Es aconsejable dirigirse a ellos con total educación si no se quieren pillar collejas de yayo.

 

Típico Yayo de Bell-chite

La Banda de Música

Antaño Bellvitge tenía una Banda de Música del barrio compuesta por vecinos que tocaban por los pueblos para ganarse cuatro perras y costearse las clases de música. Iban de rojo y se regían por un sistema que recuerda al comunismo: lo que ganaban se destinaba a la banda, los instrumentos eran colectivos, tenían una líder fuerte e indiscutible, no te dejaban salir...

Sin embargo el tema de la música pasadoblera y las marchas están un poco de capa caída, así que tuvieron que diversificar y ahora son una Banda y además hacen Música. Su especialidad es atracar bancos taladrando las paredes mientras la banda toca a toda castaña para camuflar el ruido. En su local de ensayo ubicado en medio de la Tierra de Nadie han cavado unos túneles que conectan los dos barrios y que utilizan para hacer contrabando de medicinas, tabaco y dominós.